A ver si me estoy quedando sordo… Audífonos, amplificadores e implantes auditivos ¿Cuál necesito?
En una sociedad gobernada por la tecnología, el uso de cascos y dispositivos auriculares es cada vez más frecuente, especialmente entre los jóvenes. Pero ¿somos conscientes del riesgo que conllevan? Se ha demostrado que un uso prolongado de auriculares o niveles inadecuados de volumen pueden dañar nuestra salud auditiva de manera irreversible.
“Pero, si te estas quedando sordo, cómprate un sonotone…”
Un sonotone, la clave a todos nuestros problemas de audición… ¿O no? Lo cierto es que actualmente existen gran variedad de dispositivos para mejorar nuestra calidad auditiva y su elección variará en función de nuestras necesidades.
¿Qué es un audífono?
Un audífono, comúnmente conocido como sonotone, es un aparato electrónico individualizado que amplifica y procesa los sonidos para compensar las deficiencias auditivas del usuario que lo porta. Regula el sonido percibido y permite que este penetre en el canal auditivo con mayor calidad, lo que posibilita escuchar los sonidos graves y agudos a la perfección.
Se clasifica como producto sanitario de clase IIa (riesgo medio), y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios es el organismo responsable de su regulación. Además, para su uso se requiere de una prescripción por parte de un profesional sanitario, un seguimiento y una individualización del dispositivo.
¿Qué es un amplificador?
Un amplificador de sonido es un dispositivo electrónico destinado únicamente a amplificar el sonido ambiental en personas con audición normal que busquen ser capaces de captar sonidos difíciles de percibir.
Como no compensa deficiencias auditivas, no se clasifica como producto sanitario sino como aparato electrónico, y su regulación queda a cargo de las industrias fabricantes. Su venta está permitida en establecimientos sin autorización sanitaria o páginas web.
¿Y un implante auditivo?
Es un pequeño dispositivo electrónico implantado por medio de cirugía en el oído; resulta de gran utilidad para personas sordas o con dificultades auditivas. Se encarga de percibir los sonidos ambientales y convertirlos en impulsos eléctricos que van a llegar hasta el cerebro.
Existen diferentes tipos de implantes auditivos en función de su localización, el más común es el implante coclear (se introduce en el hueso interno del oído), pero también encontramos otros como el implante de oído medio, del tronco encefálico o de conducción ósea.
Se clasifican como productos sanitarios activos implantables de clase III (riesgo máximo), es regulado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y su prescripción e implantación está en manos de los especialistas médicos.
Y entonces yo, ¿qué necesito?
El dispositivo que requerirá cada individuo variará en función de sus necesidades, pérdidas y problemas de audición. Para conocer el estado de nuestra salud auditiva lo mejor será acudir a un especialista, el otorrinolaringólogo, para que nos diagnostique y aconseje.Si disponemos de una audición normal y lo que buscamos es mejorar la amplificación del sonido en un momento puntual (como durante la práctica de actividades de caza) el amplificador de sonido será nuestra elección. Este dispositivo no debe emplearse por largos periodos de tiempo debido a las pérdidas de audición y daños en el oído que puede causar. Antes de su uso es aconsejable leer tranquilamente las indicaciones del fabricante y las precauciones de uso.
En caso de presentar pérdidas de audición no muy severas es posible que necesitemos un audífono para mejorar la calidad de nuestra audición. Es recomendable acudir a gabinetes de Audioprótesis autorizados que cuenten con profesionales sanitarios que adapten y programen el dispositivo a nuestras necesidades individuales, además de brindarnos un adecuado seguimiento.
Si nuestros problemas de audición son más severos es posible que el especialista nos recomiende la implantación de un dispositivo auditivo por cirugía. En este caso, el médico nos informará sobre todos los riesgos que conlleva tanto el implante como el proceso quirúrgico, así como sus beneficios. A pesar de que no tengamos problemas de audición, no debemos descuidar nuestra salud auditiva: unos buenos hábitos pueden ayudarnos a evitar problemas en edades tempranas.
Te proponemos algunos consejos sencillos para mejorar tu salud auditiva:
- Evita permanecer largos periodos cerca de fuentes de ruido, como altavoces durante un concierto, en el cine o en discotecas…
- Cuida el volumen de la música cuando emplees auriculares o cascos. Los expertos aconsejan seguir la regla 60/60, no aumentar el volumen de los cascos a más del 60% y no emplearlos durante más de 60 minutos.
- También debemos controlar el volumen de la tele, es preferible acostumbrar al oído a volúmenes medios.
- Protege tus oídos del frío y del agua, estos agentes pueden dar lugar a procesos de otitis o infecciones auditivas que deterioren nuestra salud.
- Si vas a nadar, utiliza tapones y tras la ducha asegúrate de secar bien tus oídos, este pequeño hábito nos puede evitar de infecciones auditivas.
- Cuida la higiene de tu oídos y evita la formación de tapones con los productos adecuados. Existen productos específicos para la higiene auditiva, puedes consultar a tu farmacéutico si tienes alguna duda.
- No introduzcas elementos extraños o no autorizados en la cavidad auditiva, ni siquiera con fines de limpieza como los bastoncillos de algodón ya que podrías introducirlo con demasiada profundidad, llegar al tímpano y lastimarlo.
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