¿Podemos partir los comprimidos?

A menudo, administrar medicamentos resulta complicado. Sin embargo, el rango de formas farmacéuticas que los laboratorios ofrecen es bastante amplio: elaboran los medicamentos con el fin de facilitar su administración, obtener una biodisponibilidad óptima y conseguir la máxima eficacia terapéutica. Los períodos de investigación que se necesitan para el desarrollo de formas farmacéuticas que cumplan estas características son largos y complejos.

¿Puedo partir o triturar un comprimido? ¿Se pueden masticar?

Bien es cierto que, en ocasiones, ingerir un comprimido o lo que comúnmente se conoce como “pastilla” es un proceso desagradable para algunas personas, especialmente para los niños y las personas mayores. Es frecuente que se prescriba algún medicamento que cueste tragar, ya sea por su pronunciado tamaño o por adherencia de la formulación al esófago durante su deglución.

Así, muchas veces se cae en el error de partir, triturar, abrir o masticar ciertos medicamentos; sin embargo, este tipo de decisiones no deberían de tomarse tan a la ligera como se hace pues, a la hora de seleccionar la presentación de un medicamento, los laboratorios se basan en diferentes criterios y condicionantes para determinar la forma más adecuada. Estos criterios son, fundamentalmente, la dosis a administrar, el color o el sabor del principio activo o de los excipientes, las posibles interacciones, las incompatibilidades, la estabilidad, su biodisponibilidad… 

Una mala administración de un fármaco puede conllevar a una disminución de su efecto, o incluso un efecto negativo sobre el paciente. Por este motivo es fundamental seguir las indicaciones del fabricante y del personal sanitario. Además, en aquellos casos en los que la administración prescrita no sea posible, siempre se puede consultar al farmacéutico si existe en forma de jarabe o sobres.

¿Hay algunos que se pueden partir y otros que no? ¿Por qué?

A pesar de que de forma general no podemos manipular los medicamentos, siempre que en sus envases ponga “comprimidos” o “comprimidos ranurados”, y no especifique nada más, se pueden partir o triturar sin problemas.

Sin embargo, hay algunos en los que esto no es posible. Para saber cuáles son solo hay que fijarse bien en lo que pone en el envase. Siempre y cuando veamos en el envase la palabra comprimido seguido de una denominación más específica como liberación modificada, gastrorresistentes, Retard, OROS, NEO, … significará que no podemos partirlos, pues estos comprimidos han sido formulados de una forma especial para que funcionen bien en nuestro organismo, lo que provoca que tengan unas características especiales que hacen que no los podamos partir y se deban tragar completos. 

Por ejemplo, los comprimidos de liberación controlada son comprimidos en los que necesitamos que se libere el medicamento poco a poco y no de golpe; al partirlos o triturarlos se rompería el sistema y eso implicaría que la dosis total de comprimido se liberaría bruscamente. En los comprimidos Retard, la liberación del principio activo se distancia del momento de la administración, lo cual puede ser un recurso fundamental para evitar la degradación del principio activo o para que la máxima eficacia terapéutica se logre en un momento concreto. Por otro lado, encontramos los comprimidos gastrorresistentes cuya función es evitar que el principio activo se libere en el estómago, ya sea porque el pH ácido del estómago puede dañar al principio activo, o porque el principio activo puede dañar a nuestro estómago. En cualquier caso, estos comprimidos tienen una cubierta gastrorresistente que los protege del pH ácido del estómago. Si partimos estos comprimidos dejarán de realizar su función correcta en el organismo y podrían incluso dañar el estómago.

Pero ¿qué riesgos puede suponer triturar o partir los comprimidos?

Se suele recomendar partir los comprimidos para ajustar la dosis de la medicación o para poder tragarlos con mayor facilidad. Estos trastornos en la deglución son más frecuentes en personas de edad avanzada, niños o en personas con trastornos de comportamiento.

En caso de partir los comprimidos se recomienda utilizar un partidor específico para comprimidos y así lograr una mayor precisión.

Sin embargo, partir o triturar comprimidos puede provocar variaciones significativas en la dosis administrada y puede afectar las características de liberación y absorción del principio activo, lo que conlleva un incremento en el riesgo sufrir reacciones adversas o que pueda verse comprometida su eficacia.

Esto se debe a que hay formas farmacéuticas que poseen una cubierta especial cuyo propósito es regular la velocidad con la que se libera el principio activo. Si se fraccionan, se rompe el mecanismo que controla la liberación y esto da lugar a un aporte incontrolado del fármaco, pudiendo existir “sobredosificación”, incrementando así la probabilidad de alcanzar concentraciones tóxicas y efectos adversos.

Además, las formas de presentación de algunos medicamentos ayudan a enmascarar y corregir olores o sabores desagradables.

Es importante indicar que algunos medicamentos, cuando son triturados, pueden dispersarse en el aire y ser respirados, lo que puede representar un riesgo para la persona que lleva a cabo esta labor, ya que hay medicamentos que, por ejemplo, irritan las mucosas.

En conclusión…

Al partir los comprimidos podemos obtener alguna ventaja como la administración de la medicación a pacientes con dificultades para la deglución. Sin embargo, hay muchos factores que pueden modificar el efecto que tiene un comprimido en nuestro organismo. Ante cualquier duda, consulta con tu farmacéutico, ya que es el especialista del medicamento.

Autoras:

Isabel Martín Sánchez de la Peña
Irene Martínez Giner
Silvia López García

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